Agencias de Rating: ¿Sirven para algo?… Sí

Las agencias de ‘rating’ han sido acusadas de no detectar a tiempo los problemas de impago de las hipotecas de alto riesgo y de tener por ello una gran responsabilidad en la crisis financiera.

Por ello, los Gobiernos han diseñado de una serie de medidas que afectan directamente a la actividad de las agencias de calificación, con el fin de evitar los posibles confilictos de intereses y la exigencia de una mayor transparencia en el proceso de elaboración de los “ratings”.

Por su parte, las agencias de “rating” están reaccionando: Standard and Poors ha publicado un informe que defiende la independencia de análisis y la ausencia de los conflictos de intereses en las agencias de calificación. En dicho informe, la agencia reconoce que se han producido ciertos errores en el pasado, aunque argumenta con fuerza que sus ratings han sido útiles para los inversores durante 90 años.

Standard & Poor’s ha tirado de datos históricos y muestra el porcentaje de fallidos sobre emisiones corporativas con rating, desde 1981 a 2008. Según estos datos, el rating asignado y el porcentaje de impago guardan estrecha relación a lo largo del tiempo: Sólo el 0,65% de las emisiones calificadas con AAA han tenido problemas de impago pasados 15 años, mientras que casi el 53% de las emisiones calificadas dentro del rango de la C han dejado de pagar.

Las Subprime, la Crisis y los Pecados de las Agencias de Rating

Una de los principales actores que han incidido en esta crisis han sido las agencias de calificación crediticia o de rating. En concreto Standard & Poor’s, Moody’s Investor y Fitch Ratings, las más importantes del mundo.

Estas tres compañías tienen la misión de evaluar la calidad de la deuda (bonos y obligaciones, tanto privados como públicos) y la fiabilidad de las compañías emisoras de dicha deuda (tanto empresas o bancos privados como organismos públicos).

Durante años, estas tres agencias de calificación realizaron su cometido a la perfección, y ellas evaluaban los riesgos de cualquier bono, obligación, entidad, banco, etc. y los calificaba, indicando la fiabilidad del bono o del emisor.

Si una de estas agencias calificaba un bono con la máxima calificación (AAA o Aaa, dependiendo de la agencia), el inversor se despreocupaba del riesgo de impago, y sabía que tenía (casi) asegurada su inversión (es decir, que la probabilidad de cobrar los intereses y el principal de bono a vencimiento eran del 100% o muy cerca).

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