Periodo Medio de Pago: Grandes y Pequeñas Empresas

La función de la Central de Balances del Banco de España es recopilar y mantener información económico-financiera sobre la actividad de las empresas no financieras españolas. Es una fuente de información esencial para evaluar la situación de las empresas españolas y la actividad económica del país.

El gráfico inferior está tomado del último informe anual de dicho organismo y refleja el periodo medio de cobro y pago de las empresas no financieras. En él se observa que las empresas grandes pagan y cobran en un plazo sensiblemente menor que las pymes. Las causas pueden ser :
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La Central de Información de Riesgos (CIR)

La Central de Información de Riesgos (CIR) del Banco de España es un registro creado para controlar los riesgos crediticios mantenidos por las entidades de crédito españolas.

En dicho registro se encuentran prácticamente todos y cada uno de los préstamos que las entidades de crédito han concedido a sus clientes. O viéndolo desde el otro punto de vista, es un registro donde se inscriben todos los créditos vivos que tiene cualquier persona (física o jurídica) en España.

Por tanto, en el CIR se puede consultar el nivel de endeudamiento (y por tanto su solvencia) de cualquier persona física o jurídica, por lo que es un dato muy relevante para evaluar la concesión de más financiación. La información contenida será una posición global, es decir, que no indica el número de créditos, sino el importe total de los mismos.

Obviamente, son las propias entidades las que introducen los datos de sus clientes en el CIR, y al menos harán constar el nombre, el NIF y el importe del préstamo pendiente de amortizar. Estos datos se actualizan (obligatoriamente) mensualmente y el importe mínimo de los préstamos a inscribir en el CIR es de 6.000 euros.

El “pero” de este registro es que no se puede solicitar la información de otra persona. Es decir, sólo se pueden consultar los datos propios y no los de terceras partes. Por tanto, si se quiere saber el nivel de endeudamiento de alguien, habrá que pedirle que él mismo lo solicite y nos lo facilite, puesto que los únicos que pueden consultar el registro sin permiso previo del cliente son las entidades de crédito, aunque sí que deben informar al cliente que van a consultarlo o que puede que lo hagan.

Aunque éste no es un registro de morosos, cada informe también recoge si existe alguna demora en el pago de los créditos, ya que las entidades están obligadas a declarar cualquier retraso en los pagos.

Por tanto, si se puede añadir este un informe del CIR en el expediente de un cliente para poder realizar más eficazmente la gestión del riesgo comercial, mejor que mejor.

Análisis de Balances: Periodo Medio de Pago

Grandes AlmacenesRecientemente hemos tenido en nuestra empresa la oportunidad de llegar a un acuerdo con una gran empresa del sector distribución. El acuerdo, aun no cerrado a día de hoy, consiste en el suministro de una cantidad muy importante de material al mes para su posterior venta en las tiendas del cliente.

Aunque en el modelo de contrato redactado por el cliente se fija expresamente un periodo de pago mensual de cada factura de 30 dias, hemos pedido a axesor su último Balance y Cuenta de Resultados, para poder calcular el periodo medio de pago a los proveedores:

Partidas del Balance que nos interesan:

Total de Compras a Crédito: 8.300 Millones €
Deuda con proveedores: 1.980 Millones €

Con estas dos cifras, obtenemos que la rotación de la cuenta de proveedores es de 4,2. Ahora queremos saber cuantos días, de media, tarda en pagar esta empresa a sus proveedores: Para ello dividimos 365 entre 4,2. El resultado es 86. Que son los dias que en promedio la empresa tarda en pagar.

Es cierto que es una media; y como tal tendrá su dispersión. Es probable que haya proveedores que cobran a 30 dias. En cuyo caso habrá otros que lo hagan a 180 dias, los pobres.

No creo que a nosotros nos vayan a pagar a 30 dias por nuestra cara bonita. Es probable que nuestro cliente, desde su posición de fuerza, incumpla las condiciones de pago y nos pagará a 90 dias en el mejor de los casos. Como prueba: su propio balance.

Como curiosidad, ahora calcularemos el periodo medio que tardan los clientes de esta gran empresa en pagar. Para tal fin voy a las dos partidas del balance que me interesan:

Ventas: 11.800 Millones €
Deudas de Clientes: 267 Millones €

Así, obtengo la rotación de la cuenta de clientes que es de 44,2 veces. Dividiendo 365(dias) por esta cifra, obtengo el periodo medio de cobro: 8,2. Lo que equivale a cobrar prácticamente siempre al contado. Al llegar aquí, la envidia me corroe. ¡Yo quiero un negocio así! -pienso enfurecido-. Pagar a los proveedores a 90 dias y cobrar a mis clienes se me antoja un chollo.

Sacad vuestras propias conclusiones. Un ejemplo más del uso del Balance y Cuenta de Resultados como fuente de información para la gestión de riesgo comercial.

Ratios de Rentabilidad Económica

La rentabilidad de una empresa se divide principalmente en rentabilidad económica y rentabilidad financiera. La rentabilidad económica, que es en la que nos centramos hoy, hace referencia a la eficiencia en la utilización de los recursos de la empresa, es decir, el comportamiento de nuestros activos con respecto de nuestros pasivos.

Las tres ratios más utilizadas para medir la rentabilidad económica de una empresa son:

Rentabilidad económica de la explotación:

Rentabilidad Económica de la Explotación

Esta ratio nos mide la rentabilidad que obtiene nuestro activo por la actividad típica de la empresa. Cuanto mayor sea, mayor valor genera la actividad de la empresa.

ROI (Return On Investment, o Rentabilidad de la Inversiones):

Return on Investment

ROA (Return on Assets, o Rentabilidad del activo):

Return on Assets

Tanto la ROI como la ROA, nos medirán la rentabilidad del activo, y cuanto mayor sea, más fiable será la empresa. Sin embargo, ninguna de las tres ratios descritas tiene en cuenta cómo están financiadas las inversiones del activo. Por lo que habrá que completar su análisis con otras ratios.

Las ratios de liquidez

Como adelantaba en un post reciente, vamos a analizar las principales ratios de liquidez que hay que tener en cuenta para poder echar un vistazo a la salud de una empresa. Y está claro que en estos momentos tan delicados un aspecto esencial que debemos conocer de nuestros clientes es su liquidez.

A continuación analizo las principales ratios de liquidez:

Ratio de liquidez inmediata: Disponible / Pasivo Corriente

Esta ratio nos mide la capacidad que tendría la empresa para hacer frente a sus deudas sólo con el dinero en bancos y caja. Debería situarse entre el 0,1 y 0,4. Con valores inferiores, podrían tener problemas de liquidez y por encima, el problema sería que no están empleando adecuadamente sus recursos, ya que tendrían un exceso de tesorería, que podría emplearse en algo más productivo que tenerlo en el banco. Un mal menor.

Acid-Test Ratio (Ratio de test ácido): (Activo Corriente – Exsitencias) / Pasivo Corriente

Esta ratio, va un poco más allá que la anterior, ya que nos indica la capacidad de la empresa para hacer frente a sus deudas, pero esta vez, teniendo en cuenta también el realizable. Es decir, excluimos las existencias del Activo Corriente. Su valor debería ser próximo a 1. Si fuese inferior, podrían existir problemas de liquidez y si fuera mucho mayor, significaría una deficiente utilización de los recursos de la empresa.

Ratio de Solvencia (Current Ratio): Activo Corriente / Pasivo Corriente

En esta ratio, ya tenemos en cuenta todo el Activo Corriente, para ver si la empresa en capaz de hacer frente a sus deudas a corto plazo. El valor de esta ratio debería ser mayor de 1,5 y cercano a 2. Como en las dos ratios anteriores, un valor inferior supone problemas de liqudiez y un valor muy superior infrautilización de recursos.

No hay que olvidar, que el valor de estas ratios también dependerá del sector al que pertenezca la empresa, y que este análisis y esta interpretación que he hecho es una generalidad.

Ratios: una forma sencilla de evaluar a nuestros clientes

Las ratios son herramientas muy útiles que nos proporcionan información muy valiosa sobre la salud de una empresa, bien sea la nuestra o la de un cliente.

Para aumentar la efectividad de las ratios es aconsejable comprar los resultados obtenidos con los de años precedentes, con la media del sector al que pertenezca la empresa, con el líder de dicho sector, o con la competencia. De esta forma podremos contextualizar mejor las ratios y podremos darles un significado y una interpretación más concreta y acertada.

Existen numerosos tipos de ratios y dentro de estos tipos numerosos ratios que interpretar. Todos son importante, pero está claro que no todos son igual de importantes.

A la hora de analizar a nuestro cliente habrá que seleccionar aquellas ratios que sean más significativas sobre los aspectos que queremos analizar.

Dentro de las ratios a analizar, son imprescindibles las ratios de liquidez, las ratios de solvencia, las ratios de rentabilidad y las ratios de flujo de caja.

Dos son los peros que podemos encontrar a la hora de realizar los cálculos: Primero, de dónde sacamos la información de nuestro cliente. Segundo, cómo interpretar los resultados. El primer “pero” se soluciona acudiendo al Registro Mercantil para solicitar las cuentas anuales de la empresa/cliente que queremos analizar, ya que será de los balances, cuentas de resultados, etc. de donde sacaremos las cifras a utilizar en las ratios. El segundo “pero” lo resolveré en próximos posts, donde iré comentando las principales ratios, explicando cómo se calculan y, sobretodo, como se interpretan.

Aunque siempre queda el recurso de acudir a un experto, como Axesor, que nos proporcionará todos los datos y todas las ratios relevantes de cualquier empresa, con sus cifras y sus interpretaciones. Más fácil imposible.

Análisis de Balances: El Fondo de Maniobra

Dentro del Análisis del Balance, el Fondo de Maniobra resulta un dato fundamental para comprobar la salud de nuestra empresa.

El Fondo de Maniobra (FM) o Capital Circulante (Working Capital) es aquella parte del activo corriente que es financiado por el pasivo no corriente, es decir, con recursos a largo plazo. De una forma coloquial podríamos definirlo como aquel excedente del activo corriente de la empresa (disponible, realizable y existencias) que nos queda después de hacer frente a nuestros compromisos de pago a corto plazo.

El Fondo de Maniobra se puede calcular de las siguientes formas:

Fondo de Maniobra = Activo Corriente – Pasivo Corriente
Fondo de Maniobra = (Patrimonio Neto +Pasivo no Corriente) – Activo no Corriente

Creo que está claro, que si el Fondo de Maniobra es lo que nos queda después de hacer frente a nuestras deudas y obligaciones a corto plazo, siempre ha de ser positivo.

La estructura óptima del balance, por tanto, debería ser:
Fondo de Maniobra

Si nuestro pasivo corriente fuera mayor que el activo corriente, significaría que nuestras deudas a corto plazo son mayores que los recursos de los que disponemos para hacerlas frentes, lo cual es peligroso.

¿Y si nuestro Aactivo Corriente es igual al Pasivo Corriente? Intuitivamente, podríamos decir que la liquidez está asegurada, ya que nuestros activos líquidos son iguales a las deudas a corto. Pero, ¿qué pasaría si uno (o varios) de nuestros deudores no nos paga a tiempo? Pues que nuestros activos líquidos ya no serán igual a nuestras deudas más inmediatas, con lo que no podrías hacer frente a todas ellas.

Como vemos, con un simple y rápido vistazo a un balance podemos determinar si una empresa es solvente o no (en el corto plazo). Aunque habría que detenerse un poquito más en realizar un análisis algo más detallado en la estructura del activo corriente, porque un AC mayor que el PC no siempre garantiza que la empresa esté bien preparada.

Primero, recordamos que el activo corriente se compone de:

Existencias: Son los activos poseídos para ser vendidos en el curso normal de la explotación, en proceso de producción o en forma de materiales o suministros para ser consumidos en el proceso de producción o en la prestación de servicios. Se incluyen las mercaderías, las materias primas, aprovisionamientos diversos, los productos en curso, semiterminados y terminados, etc.
Realizable: Es el saldo de nuestros deudores a corto plazo, y que se convertirán en disponible en menos de un año.
Disponible: Representa los activos más líquidos e incluye la tesorería: La caja, los saldos en bancos e instituciones de crédito y, además, otros instrumentos financieros líquidos, es decir, las inversiones financieras convertibles en efectivo, con un vencimiento no superior a tres meses desde la fecha de adquisición, que no tengan riesgos significativos de cambio de valor y que formen parte de la política de gestión normal de la tesorería de la empresa.

La estructura óptima del Activo Corriente debería ser aquella en la que el disponible y el realizable sean (más o menos) igual al pasivo corriente. ¿Y esto por qué debería ser así? Porque si la mayor parte del activo corriente resultasen ser existencias y no se venden (por ejemplo, porque hay una crisis económica) resultaría que realmente sólo podríamos contar con el realizable y con el disponible, y si ambos sumados son mucho menor que las deudas pendientes, pues no habría nada que hacer, es decir, no tendríamos con que hacer frente a nuestros pagos más inmediatos.

Por tanto, para que un Fondo de Maniobra fuera realmente óptimo, además de ser positivo debería disponer de un realizable y un disponible lo suficientemente alto como para poder hacer frente a las deudas a corto plazo.

Obviamente, dependerá de la empresa, el sector, ciclo de explotación, plazo medio de cobro y pago, etc. la mejor composición del activo circulante, pero con estos pequeños detalles sobre el Fondo de Maniobra, nos podemos hacer una idea de la situación de cualquier empresa y, por supuesto, de cómo debería estar nuestra propia empresa. Sin olvidarnos, que tampoco es conveniente tener “demasiado” dinero efectivo, ya que podríamos estar perdiendo oportunidades de inversión más rentables para nuestra empresa.

Y si lo que queremos es ver en que situación está una empresa de la competencia o una empresa cliente, además de hacer este sencillo análisis de su activo corriente también podríamos comprarlo con el balance de otras empresas similares o con la media del sector. Así nos podremos hacer una idea más completa de si el balance que estamos viendo se ajusta o no a lo que debería ser.