Capear la recesión en la PYME

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Crisis. Depresión. Recesión. ¿Qué más da el nombre?. Lo relevante es que las cosas no van bien: vendemos menos, cobramos mal, los costes fijos aumentan al descender la actividad y no tenemos financiación.

Gran parte de la economía española depende las pequeñas empresas. Su éxito es tan importante como el de las grandes empresas que cotizan en bolsa. Independientemente del tipo de negocio, hay una serie de medidas que los pequeños empresarios pueden adoptar para protegerse durante los tiempos difíciles. No existe la fórmula mágica que asegure la supervivencia. Pero se pueden aplicar unos consejos no sólo para superar la recesión, sino también para preparar a la empresa para el escenario post-crisis. Para ello nos centraremos en tres niveles: El área administrativo-financiera; el área comercial y la gestión de personal:

  1. Revisar Gastos.
    Es el momento de revisar todas las partidas de gasto a proveedores. Se ha de intentar renegociar con todos los proveedores precios a la baja y mejores condiciones de pago. En estos momentos todas las empresas, grandes y pequeñas, están dispuestas a hacer sacrificios para mantener un cliente.
    Igual ocurre con los gastos bancarios. Calcule todos los costes financieros y comisiones abonadas en el último semestre. Contrástelos con su banco y sondee otras ofertas.
  2. Control financiero.
    Todos los aspectos relativos a la contabilidad y la administración de la empresa han de estar más en orden que nunca . Imprescindible disponer un cuadro mensual de gastos y otro con las liquidaciones de tasas, impuestos e IVA. Errores tributarios o en la contabilidad puede acarrear gastos y multas no previstos.
  3. Explorar otras opciones de financiación.
    Dadas las dificultades de conseguir crédito bancario, vale la pena considerar si la empresa puede acceder a otras vías de financiación tales como dar entrada en el proyecto a nuevos inversores.
  4. Administrar el Flujo de Caja.
    Todos los contratos con bancos, proveedores y clientes deben ser revisados para asegurar que todas las partes son conscientes de las condiciones firmadas y las fechas de pago. Nos debemos plantear alternativas para mejorar el flujo de caja, tales como mover fechas clave de cobro y pago. Elaborar un presupuesto mensual de flujo de caja permitirá gestionar mejor el efectivo y planificar los meses venideros con realismo.
  5. En tiempos de tribulación, no hacer mudanza” .
    En caso que la empresa decida actualizar la oferta comercial, deberemos asegurarnos que la estrategia sigue centrada en las actividades fundamentales. Seguir haciendo bien lo que mejor sabemos hacer transmitirá imagen de seriedad a nuestro mercado.
  6. Creación de nuevas relaciones.
    Si bien es importante proteger y servir a los clientes actuales, es necesario establecer nuevas relaciones durante la recesión. Estas épocas son dadas a cambios de proveedores en todas las empresas. Debemos estar atentos para aprovechar esas oportunidades de entrar en un nuevo cliente.
  7. Mantener la visibilidad.
    Una recesión no dura para siempre. Cuando la recuperación llegue, el nombre de nuestra empresa debe seguir en la mente de los clientes. Será muy negativo desaparecer del mercado mientras dura la crisis. Por ello no debemos dejar de ser proactivos en la venta y la comercialización, simpre orientadas a la calidad.
  8. Gestionar la Productividad.
    Aunque la empresa disponga de sólo unos cuantos empleados, se debe transmitir a todos ellos sus niveles de productividad. Los empleados son el mayor activo de una PYME. Mostrar flexibilidad en asuntos clave como horarios o desplazamientos puede mejorar claramente estos niveles.
  9. Formación de la Plantilla.
    La formación del personal no sólo son cursos de office del FORCEM. La formación tiene que tener un objetivo claro para la empresa. Por ejemplo, se ha de considerar la posibilidad de formar un empleado para ejecutar una tarea que en la actualidad es realizada por un proveedor externo.
  10. Empatizar con el equipo.
    Los empleados están preocupados por el futuro de sus puestos de trabajo. Esto debe ser gestionado adecuadamente para evitar consecuencias graves. Hablar regularmente con ellos sobre la marcha global de la empresa puede tener efectos motivadores. No se trata de implantar una cultura colectivista o la libre circulación de la información, pero sí de transmitir cómo van las cosas y de potenciar el buen clima. El liderazgo del gestor se verá reforzado.