¿Qué es un aval bancario?

Los avales funcionan como garantía de que una obligación económica se va a cumplir. Para que lo entendamos, cuando una persona avala a otra, es porque esta segunda se compromete a que en caso de que la primera no pueda pagar, la segunda se hará cargo de las obligaciones financieras.

En el caso de un aval bancario, una entidad financiera cubre las obligaciones económicas del cliente, por tanto, actúa como avalista de esta. ¿Cómo funciona? Muy sencillo, el cliente paga una cantidad mensual a la entidad que lo avala para poder cubrir un impago en caso de que sea necesario.

Este tipo de avales son cada vez más comunes en los contratos de alquiler a consecuencia de que tanto los bancos como los propietarios exigen más seguridad para los cobros. Normalmente el valor de este aval corresponde a la suma de la renta mensual de varios meses, o al valor del alquiler a pagar durante un período de tiempo determinado.

¿Cómo pedir un aval bancario?

En caso de necesitar un aval bancario, la entidad financiera te va a exigir que cumplas con una serie de condiciones, una de ellas, será ingresar la cantidad del aval y dejarlo inmovilizado. De esta manera, el banco le saca partido, al igual que hace con las comisiones que cobra.  

Normalmente estas comisiones son las que están relacionadas con el estudio, la apertura y el riesgo. No obstante, en el valor de estas comisiones puede influir también, el importe avalado, el plazo, el objeto, etc.

También, es importante tener en cuenta, que normalmente, el valor de estas comisiones suele oscilar entre el 0’5% y el 1%.

En el contrato, aparte del solicitante y el avalista, existe una tercera persona en el contrato: el beneficiario del aval, es decir, la persona que recibe los pagos del solicitante, por lo que, en el caso que deje de cobrar dichas cantidades, podrá ir al banco a ejecutar el aval y cobrarlo, siempre y cuando pueda demostrar los impagos de la otra parte.

¿Qué tipos de avales bancarios hay?

 

A pesar de que las entidades bancarias pueden variar las condiciones y las cláusulas de los avales que ofrecen, podemos hablar de dos tipos o grupos distintos.

Avales técnicos

Estos son aquellos que la compañía financiera se hace cargo de la totalidad de las obligaciones del cliente, ya sea en concursos, subastas, impago del alquiler, cuotas de renting impagadas, entre otras.

Avales económicos

En estos casos, el banco aseguraría el cumplimiento de las obligaciones del cliente únicamente hasta una cierta cantidad y un plazo delimitado con anterioridad. Normalmente este tipo de aval es el más utilizado por particulares, porque es en el tipo de aval que la entidad financiera asume menos riesgos, y se utilizan sobre todo en alquileres.