Primero la “capacidad de reembolso” y luego la “solvencia”

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La concesión de un crédito se debe fundamentar en la seguridad razonable de la recuperación sin incidencias del dinero prestado, es decir, que se pagará la deuda más los intereses en tiempo y forma pactados. La capacidad de reembolso de un préstamo se basa en la capacidad del deudor de generar fondos para atender a los pagos pactados.

No obstante, existen otros aspectos que lo hacen más complejo, de tal forma que además del estudio de los balances, se han de analizar aspectos como su estacionalidad, efectos del ciclo económico en sus ventas, su entorno, el sector donde opera, su gestión, etc.

A efectos de analizar la situación de un peticionario para el estudio de una operación, la solvencia viene representada por todo aquello que pudiera interpretarse como incluido en su Neto Patrimonial ( lo que tiene menos lo que debe).

A la hora de evaular una operación de riesgo, pesa mucho más la “capacidad de reembolso” que la “solvencia”, dado que en condiciones normales, el préstamo se ha de devolver con la caja generada normalmente y no por la venta de activos de la empresa. La solvencia actúa como “garantías”. Éstas se han de considerar como una cobertura ante contingencias inicialmente imprevistas.

Caso de alta  solvencia y baja capadidad de reembolso:

Empresa patrimonial que en su balance posee unos activos valorados por millones de euros pero que su generación de caja no llega ni al 4% sobre el valor de los activos. En este caso, las garantías son suficientes, y sin embargo no hay fuente alguna para atender los pagos que no sea el deshacerse de activos.

Otro ejemplo sería el del anciano que posee cinco fincas rústicas que apenas generan nada pero con un valor patrimonial alto y que cobra una pensión de apenas 1.000 euros.  Este hombre tiene activos y es solvente, pero no tiene ingresos suficientes para endeudarse.

Casi de alta capacidad de reembolso y baja solvencia:

El caso de una empresa comercial con alta rotación de circulante. Una empresa minorista por ejemplo. Debido a su actividad genera mensualmente dinero más que suficiente para atender pagos de un posible crédito pero sin embargo no posee activos que actúen como garantía ante el banco.