Comparando Tasas de Morosidad: 2009 vs. 1993

Se acaba de publicar el nivel de morosidad bancaria actual de las entidades españolas: 3,86% de los créditos son ya calificados como de dudoso cobro. Dicho porcentaje representa 72.000 Millones de euros.

Hace 16 años, durante el año 1993,  el ratio de morosidad de la banca española alcanzó el 9%. Estos datos podrían llevar a pensar que aún le queda recorrido al sistema bancario para empeorar hasta llegar a aquellos niveles.

Pero ese razonamiento sería calificado de falacia si se observa el volumen de crédito existente en ambos momentos:

  • En 1993, un 9% de morosidad representaba unos 25.000 millones de euros.
  • En 2009, un 3,86% de tasa de morosidad representa 72.000 millones de euros.

El volumen de crédito de la banca casi se ha multiplicado por 7 veces en estos 16 años, cuando el PIB español apenas se multiplicó por dos: La banca ha pasado de tener en su activo un volumen de créditos de unos 270.000 Millones de euros en 1993 a 1,8 Billones de euros en 2009.

Si comparamos la tasa morosidad con el PIB nacional, se evidencia que la tasa de impagos es el doble que la que hubo en 1993: España está mucho más endeudada que en aquella época.

¿Seguirá creciendo la tasa de morosidad?

Los expertos afirman que la morosidad seguirá creciendo durante 2009, al menos hasta que la tasa de desempleo se estabilice y toque techo. Algunos llegan a afirmar que la tasa de morosidad bancaria es muy superior a la publicada, dado que las entidades han sido reticentes a reconocer créditos dudosos que concedieron a inmobiliarias:  Las entidades se han quedado con gran cantidad de inmuebles y solares sin reconocer aún la  pérdida de valor de los mismos en sus balances y dotar la provisión necesaria.

Hay quien afirma que si se tuviera en cuenta esos créditos incobrables encubiertos la tasa de morosidad superaría ya el 5%… que supondría el casi el 10% del PIB español en créditos morosos. En 1993 la morosidad del 9% suponía un 5% del PIB.

Adicionalmente es preciso tener en cuenta que estos datos no incluyen la morosidad no bancaria, la de los créditos comerciales de empresas y pymes y tampoco la de las administraciones públicas